APRENDER A MORIR

                                       

"Se trata quizás de ser un tanto minimalista y disfrutar con gratitud ese regalo de Dios"


Julio A. Ruiz
Managua-03 nov. 2022

  

  La experiencia en el play land park

  Tenía unos 15 años más o menos, y fui al "play land park", aquel que venía de vez en cuando al lado de metrocentro en Managua. Junto a un amigo de la infancia, Deyton  López Proveedor; nos subimos al tal "martillo" (si no me equivoco); todo era divertido, pero en los momentos más rápidos y que parecía que nos estrellaríamos contra el suelo. Gritábamos como locos y hasta pensamos que sí por desgracia la compuerta se abría, moriríamos al caer y ser golpeados por las otras cabinas, entonces ambos metimos los dedos entre los hoyitos de la cabina que eran como maya, tiramos los pies para atrás, y parecíamos Spiderman y gritábamos :¡ ya paren!! y también gritábamos; ¡Señor perdona nuestros pecados, ahora sí vamos a volver a la iglesia, perdónanos!!  jajaja, vaya experiencia!

Mis vagancias con Dayton

Desde pequeños a Deyton y a mí nos enseñaron los caminos del evangelio, pero llegó esa edad en la que sentíamos que teníamos que aprender a vivir la vida de un joven.  Hasta recuerdo que, entre otras cosas, aprendimos a fumar con cigarrillos marca "Alas", ¿se acuerdan? aquellos sin filtro; comprábamos medio paquete, y por la noche nos íbamos al cuadro de béisbol del barrio San Judas y en lo oscuro encendíamos cigarro tras cigarro hasta acabar la cajetilla, y después mascábamos unos tres chicles de pelota cada uno para disimular el olor a tabaco; tal vez teníamos unos 11 años para ese entonces.

Entre muchas otras cosas queríamos aprender a vivir, pero en el momento en que creíamos que moriríamos al estar en ese juego mecánico, nos dimos cuenta de que no estábamos listos para morir, después de que el juego paró, nos bajamos riendo con cara de vergüenza, y las promesas que gritábamos a Dios se apagaron junto con el motor de aquel juego electromecánico.

   Algo en común

En la vida, las personas vamos aprendiendo de todo. Y hay cosas que no logramos aprender ya sea por falta de oportunidades, o capacidades, o por falta de carácter, o muchas otras razones; pero llega una etapa en la vida en la que todos coincidimos y es cuando la vida se aproxima a su declive, cuando las fuerzas menguan, Cuando llega la enfermedad, cuando la tragedia asoma, cuando miramos atrás en el libro de nuestra historia y ¿qué encontramos? escenas repetidas, y tantas páginas en blanco. Cuando se empiezan a ir los mayores, los viejos, y por ley sabemos también que pronto nos enfrentaremos al thánatos como la espada de Damocles que pende sobre nosotros. Eso todos lo tenemos en común.

   La tragedia de Coupenage

Escuchá esto; El 21 de marzo de 1945 una Escuela Católica de niñas en Copenhague, Dinamarca fue bombardeada con cuatro bombas de explosión retardada por un trágico error de las fuerzas danesas; cuyo objetivo era el centro de operaciones de la "Gestapo" (la policía pronazi) en dicha ciudad. 
 Una joven monja con normales dudas sobre su fe debido a su edad le habla constantemente a una pequeña de unos 9 años de edad quien era la alegría del aula de clases en medio de sus compañeros. En esta ocasión la monja, que también era maestra, y la niña no se están viendo; hablan en medio de la oscuridad y polvo de cemento, y se encuentran atrapadas en el sótano, entre los escombros del edificio.
 La joven monja tiene piedras sobre su vientre y no se puede mover. La niña logra decirle con dificultad a la monja que una piedra atravesó su boca; ambas están muy asustadas.
 La niña recordando sus clases de catequesis le pregunta a la monja: ¿iremos al cielo? ¿Jesús nos está esperando? La monjita solo llora, y después de un silencio le responde que si, que así será. Mientras sube el nivel del agua en el sótano por las tuberías rotas en la explosión; luego todo se derrumba y mueren.
 
                                          
¿Y cómo no ponerse a pensar? ¿y si estuviera en esa situación? ¿qué le digo a un niño que está muriendo y por el que no puedo hacer nada?!! cuando ni siquiera yo he aprendido a enfrentar un momento así.

 El ejemplo del maestro R.C. Sproul

 El doctor y maestro bíblico R.C. Sproul estuvo (siendo un jovencito de 17 años) en los últimos momentos de vida de su papá, que murió después de sufrir cuatro accidentes cerebrovasculares. Y las últimas palabras que dijo su papá fueron: 
  " he peleado la buena batalla, he acabado la carrera,
    he guardado la fe..."
 Después de un tiempo R.C. confesó algo que se clavó en mi mente y que además me motivó a escribir este artículo y darle ese título. Dijo: 
 "no sé sí mi padre me enseñó a vivir, pero sí sé que, al declararme ese texto en su agonía, me estaba enseñando a morir"

¡Waooo!! ¡¿queeeé?!! ¿y es que se puede Aprender a morir?
 Y es que esto no es algo que solo se da en el álgido momento del ocaso de la vida; si no es algo que deberíamos aprender en el camino de la vida.
  También el Pastor Adrián Rogers decía: "nadie está listo para vivir hasta que esté listo para morir".  Vaya que gran verdad.  Estar conscientes de eso nos da perspectiva y nos hace valorar cada día que aún estamos con los pies sobre esta tierra. Porque de pronto un diagnóstico te saca del montón, de las masas que viven ajenas al tiempo. Y te sentís aislado, aparte, solo. Pero podés ver la vida atravez de esa otra perspectiva que son los lentes de las Escrituras.

   ¡Como quisiera aprender!!

Yo sé que aún no he aprendido nada, pero quisiera hacerlo.
De algo sí estoy seguro: talvez no voy a morir por caerme de un juego mecánico, o debajo de una bomba en la tercera guerra mundial; seguro no moriré como el Apóstol Pablo, decapitado por predicar el evangelio, además a como dicen que los cobardes mueren mil veces y los valientes solo una vez, (yo ya morí más de mil)
 Lo más probable se acerca a la experiencia del papa de R.C, por un problema de salud en la cama de un hospital o en mi casa. Pero sabes que más creo, que vos también.
 No se trata pues de vivir la vida loca. Se trata quizás de ser un tanto minimalista y disfrutar con gratitud ese regalo de Dios, vivir, Ser agradecido, amar, que lo poco lo disfrute como mucho, sin quejarme. Es caerse y volverse a levantar, lleno de errores y de seguro decepcionando a muchos, pero así se aprende. Es cumplir mi rol en la sociedad sin dejar de ser yo mismo. Y lo más lindo vivir con esperanza. En la promesa de Jesús que dijo: 
    "el que cree en mí; aunque esté muerto vivirá" juan 11:25
y poder decir como Job: "y después de desecha esta mi piel, 
en mi carne he de ver a DiosJob 19:26.

Aprenderé en el camino peleando la batalla mientras dure la carrera y, por supuesto, manteniendo la FE.

Julio A Ruiz

Comentarios

  1. Muy bueno, Bendiciones tio

    ResponderEliminar
  2. Muy lindo, y atraves de escritos uno habla verdades que muchas veces se viven en silencio y que solo el aferrarse a esa fe, es lo que fortalece 😔 y manteniendo nuestra confianza en Dios!🙏

    ResponderEliminar
  3. Buenísimos los relatos y el mensaje en si, tremendo.

    ResponderEliminar
  4. Muy agradecido por su tiempo para leer. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Exelente....
    nos toca vivir día a día con fe y ánimo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Dame tu opinión..