Humano

HUMANO 

 Abriste tus ojos ésa mañana, a tu lado, tu amiga de la vida, envuelta entre sábanas, un pie cubierto, el otro, vago, aguanta el frío. 

La observás un rato; no, no duerme molesta, su rostro está cansado, casi no ha dormido.

A duras luchas te levantás. Ya en la sala, tu hij@ menor te saluda casi con desdén, pues ya de temprano está desayunando celular, pero hoy no te molesta, solo sonreís y besás su cabeza dando gracias a Dios por la bendición de ser su papá. 

Otr@ mayor, te abraza y ya preparó el desayuno.

Te asomás a la calle y disfrutás de ver algo tan sencillo como el viento brincando en las hojas de los árboles; como un perro urga la basura; la vecina barriendo; el niño comprando las tortillas; los charcos de la lluvia de anoche, y gente caminando de aquí para allá, cada uno pensando asuntos diferentes, se ve en sus ojos, casi andan en automático y con costo van discerniendo lo que pasa en un radio de dos metros alrededor suyo.

Hoy nada te molesta. Ní la política ni la religión. Tus pastillas puntuales. 

Tenés visitas, algunas con tono paliativo; los que se compadecen y los que te alientan; no falta el curioso. 

Vos te reís, comparten algo de tomar. No podés comer de todo, pero hoy no te limitás. Te bebés el café después de olerlo como sí cataras un buen vino.

Por la tarde estás a la expectativa de ver a tu selección competir en tu deporte favorito; y ojalá disfrutar una buena película en familia.

Llegó la noche, te comés a besos a tus hij@s, y un abrazo a tu amada casi entregando lo último de tus fuerzas, es prolongado. 

Es hora de ir a dormir. No te cambiás el calzoncillo, pues ahora usás pamper.

Das gracias a Dios por tu día. Y no te acordás de ayer. Agradecés por tus seres queridos. Y no sabés si mañana vas a siquiera escribir, ya que más nada podés hacer; leer y escribir.

Y es que ahora sos diferente a la mayoría, ya no sos del montón. 

Estás en otro nivel, más avanzado. Qué importa sí otros son titulados, son empresarios, son famosos, son mayores, son más fuertes. Vos vas adelante.

Y es que ahora sos un diagnóstico. Para vos no hay mañana. Has mudado el pensamiento y desarrollado la inteligencia emocional.

De pronto vienen a tu mente los versos del orgullo nicaragüense Rubén Darío:

"...pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

Ní mayor pesadumbre que la vida consciente...

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto...

...Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida, 

y por la sombra, y por lo que no conocemos y apenas sospechamos..."

Y como Manuel Nájera quisieras 

"morir cuando decline el día,

En altamar y con la cara al cielo,

donde parezca un sueño la agonía,

y el alma un ave que remonta al vuelo"

Pero no ves más cielo que el viejo zin que es tu techo .

Y preferís repetir las palabras de Job:

"Y después de desecha esta mi piel, en mi carne, he de ver a Dios; al cual veré por mi mismo, y mis ojos lo verán y no otro; aunque mi corazón desfallece dentro de mí "

Te recordás que en tu mayor debilidad y cuando más te equivocaste hiciste del Señor tu auxilio y tu fortaleza.

Pero aún hay miedo por lo que vendrá, la duda te regatea.

Das gracias a Dios repetidamente, bajito, acostado, con cientos de sueños debajo del colchón, cerrás tus ojos y quisieras calarte las imágenes de tus amados en el interior de tus párpados. 

Aspirás profundo, oliendo el perfume que no se pierde, el de la esperanza, ésa, a la que parió la fe.

Y justo antes de dormirte, una lágrima se te escapa y es que, 

sos Humano.