Somos,
los eslabones de la cadena,
unidos por el tiempo,
somos las células en las venas,
somos un solo cuerpo,
llevemos el reloj al mar
para siempre rellenar
y que nunca le falte la arena.
Ojalá cada mañana
fuera veinticuatro de diciembre
ojalá nadie volara lejos,
ni más allá;
y abrazarte hasta enero
comenzando en noviembre,
porque ya sea con palabras
o con silencio.
yo te quiero para siempre.
Despertará la noche
y las mañanas volverán,
pero los buenos minutos
solo se recordarán,
por eso me apuro,
yo en aprovechar,
porque en errores
yo soy el uno.
Ya la oportunidad valoremos,
y a como dice el Juan,
Dios perdona,
pero el tiempo a ninguno,
dale, degustemos,
el café
y el pan.
Y sí vienen las pruebas
resistamos como Job,
éso aprendimos en la choza,
aquella nuestra arca,
donde crecimos juntos
como la herencia
de Jacob.
Ojalá guardara
el bote de chivolas,
y el trompo, como la cicatriz
en mi mano,
ojalá me diera diez pesos
mi tía,
me cocinara mi madre,
y me bañara en la lluvia
con mi hermano.
Ojalá te cuidara en la escuela
hermana,
ojalá usáramos zapatos chinos,
y que en diciembre
la gaseosa fuera el vino,
ojalá cortáramos en cuatro la manzana.
ojalá no sean las doce.
porque después de la tiradera,
nos dormimos,
con olor a pólvora,
como puro de la Habana.
"Ojalá que no se esconda el sol
en este día.
y en medio de lo que pase
abunde tu alegría.
yo quiero que tú seas para mí
para siempre"
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